La primera vez que decidí irme sola de viaje fue a los 24 años y con la premisa de que si iba a invertir tanto dinero, tenía que volverme de ese lugar con algo extra… ¿y qué es mejor que el conocimiento? Se me ocurrió entonces que perfeccionarme en idiomas iba a ser una buena idea. Meses atrás había visitado Cuba en un viaje familiar y me puso en un contexto internacional donde el inglés era la base de toda comunicación y noté que si bien sabía inglés, el nunca haberlo practicado no me beneficiaba. Estudiar inglés no sólo iba a ser una herramienta para mis futuros viajes, sino que también iba a ser un plus en el cv y me iba a ayudar a conseguir mejores trabajos. Entré en un período de investigación. ¿qué países podía visitar? ¿qué programas me ofrecían? ¿necesitaba visa? ¿costos? ¿alojamiento? Muchas preguntas al mismo instante me invadieron, pero sin tirarme atrás me animaron a contactarme con el EF. Para quién se está iniciando en este mundo, el Education First (EF) es una institución que ofrece programas en distintos países para, entre otras cosas, aprender idiomas y es una gran bendición para quién quiere una solución rápida ya que ofrecen el alojamiento y la escuela. Yo realmente (me adelanto en la historia) no fui con esta empresa, pero si me sirvió reunirme con ellos para que me aclararan el panorama y me mostrasen las posibilidades. Me considero a mí misma como una SummerKid, lo cuál me ayudó bastante a la hora de elegir destino. Necesitaba playa y verano, por lo que lugares como Inglaterra y Canadá quedaban descartados. Los tres finalistas fueron Nueva Zelanda, Australia y EEUU, y sin ir más lejos, Hawaii me pareció el lugar más original ya que los otros dos países se estaban poniendo muy de moda y yo quería hacer algo completamente distinto. Además ya había tramitado la visa para EEUU.
Honolulu tiene de todo, es un mix maravilloso entre la naturaleza de la montaña, los bosques, la playa, los hermosos arcoíris que se ven con frecuencia por el clima húmedo, los elegantes edificios, las marcas de alta costura, los surfers y los nativos, el fast food y la fruta de estación. ¡Tiene un encanto único!
Finalmente, y ya con destino en vista, quedaba definir a donde iba a estudiar. Yo sabía que la opción más fácil era ir con alguna empresa que hiciera el trabajo duro por mí, pero también sabía que te cobran un plus por ese servicio y según mi experiencia, es aproximadamente un 50% más costoso. Me arriesgué a buscar todo por mi cuenta, sabiendo que podía fallar por inexperiencia, pero también aceptando que toda situación por la que pasara me iba a hacer crecer, madurar y estaba dispuesta a todo.
EL INSTITUTO
Google y las redes sociales van a ser tus mejores amigos y no es que esté contando alguna novedad, pero el googlear nos va a abrir el abanico y gracias a las redes sociales vamos a tener referencias, comentarios y calificaciones de gente que ya haya estudiado en ese lugar. Lo importante es que evalúes las cosas que para vos son primordiales.
Mi escuela fue el Institute of Intensive English (IIE) y la elegí por varios motivos.
Su ubicación era perfecta, estaba en el centro, a una cuadra de la playa, y aproximadamente a 5 del hostel donde me iba a quedar.
Tenía dos turnos de clases, a la mañana y a la tarde con la posibilidad de hacer intensivos de todo el día. Era flexible.
Al comienzo me evaluaban para conocer mi nivel de inglés y al finalizar realizaba otro examen para ver si había progresado. ¡Entré con B1 y me fui con B2!
Ofrecían actividades extra académicas gratuitas como clases de Ula y Yoga, otras pagas como surf y clases de Ukelele.
Tenían un horario actualizado semana a semana con las excursiones diarias que organizaban. Todos los días había algún paseo, desde navegación en barco hasta hiking. Me anotaba en todo porque era una buena forma de hacer amigos y hablar el idioma. Eran pagas y tenían un cupo máximo de personas según actividad, pero era accesibles y valían mucho la pena.
ALOHAMIENTO
La realidad es que las escuelas de idiomas, en sus páginas, te recomiendan alojamientos con los que suelen trabajar y son re buenas opciones. Primero porque significa que muchos estudiantes ya lo eligieron y están acostumbrados al trato con ellos. Sabrán aconsejarte si algo no va bien y el sentirse contenido es fundamental.
La mía en particular recomendaba, entre otras, un hostel que se llama Waikiki Beachside Hostel. Era la opción más barata, aunque quizás no la más popular ya que compartir habitación con viajeros (no significa que sean estudiantes) no es algo que cualquiera esté dispuesto a hacer. Muchos de mis compañeros de clase se quedaron en una residencia llamada Ohana, en una habitación privada con baño propio.
Sin embargo, yo elegí compartir en el hostel una habitación con 8 chicas, con cocina privada y baño sólo para nosotras. El ritmo del viajero no es el mismo que el del estudiante. Yo iba a instalarme unos meses, sin embargo mis compañeras de habitación se quedaban por dos o tres días, algunas quizás por tiempos más prolongados, pero no eran la gran mayoría. Esto es importante tenerlo claro porque tenés que estar dispuesto a conocer gente constantemente.
Mi hostel daba el desayuno todas las mañanas y a veces organizaba juegos. De la playa estaba a unas pocas cuadras y la limpieza era muy buena. También estaba a una cuadra de LuLu’s Waikiki, un bar que se hizo casi religioso visitar los días Lunes porque se hacía disco.
MI RECOMENDACIÓN ES QUE TE ANIMES A VIAJAR, SEA CUÁL SEA EL DESTINO, SEA CUÁL SEA LA ESCUELA O EL HOSPEDAJE QUE ELIJAS. EL APRENDER OTRO IDIOMA, NO SÓLO TE ACERCA PALABRAS NUEVAS, TE CONECTA CON LA HISTORIA, LA CULTURA, LAS COSTUMBRES DEL LUGAR. EL LENGUAJE ES UN REFLEJO DE LA SOCIEDAD.
Comments